La Venteta

En el Campo, y junto al Mar.
En una deliciosa finca, lo que antaño fue una antigua venta, ha cobrado nueva vida, convirtiéndose en un alojamiento rural tranquilo y sosegado con la solera que le aporta sus más de 100 años en pie, donde se puede disfrutar plenamente de la montaña, el mar y el sol mediterráneo.
Al interior se accede a través de un hermoso patio donde podemos detenernos a contemplar la interesante colección de tinajas antiguas de barro que se exhiben como elemento decorativo. Cruzando el portón de madera, llegamos al interior de la posada, de techos altos, vigas de madera y gruesos muros blancos.
Cada uno de los dormitorios, al igual que cada uno de los salones y estancias del hotel, está decorado con personalidad propia gracias a la acertada combinación de piezas de anticuario, mueble rústico francés y lámparas de cristal, que junto a la recuperación de elementos ya existentes, nos hacen disfrutar de un interiorismo con sello de calidad, cuidando al detalle los elementos elegidos para asegurar al visitante una estancia cómoda propia de los establecimientos de calidad.
En el exterior se puede disfrutar de sus patios cuajados de plantas, escuchar el gorjeo del agua de sus fuentes, de la magnífica piscina y de los jardines con palmeras, naranjos, olivos que entremezclan sus matices ocres y verdes con las coloristas buganvillas, contribuyendo a dar un aspecto discreto y elegante a este alojamiento rural lleno de encanto, donde poder disfrutar de la charla, tomar una copa o un té.
Esta posada es el punto de partida perfecto para recorrer la bellísima Sierra de Aitana, con sus parajes naturales, pueblos y rincones que, por lo general, quedan en el anonimato ante la fama y el atractivo de la costa.
Los aficionados al deporte podrán disfrutar del golf, playas, puertos deportivos, montar en bicicleta, quads, o practicar equitación, senderismo, etc.
La Venteta es el marco ideal para sus escapadas vacacionales o para la celebración de eventos, reuniones familiares o de empresa.
Un huésped escribió: En plena sierra, mirando al mar, un remanso de paz lleno de encanto y con el mejor trato. Gracias.